El trabajo
se complico porque yo le miraba las tetas todo el tiempo. Eran hermosamente
perfectas. Y entonces los autores me daban vueltas en la cabeza con sus
malditos conceptos, pero mis ojos me hacían desertar de cualquier pretensión de
entendimiento. Por aquel entonces yo era un estudiante medio pelo, un poco
avispado y bastante ladri, o sea, alardeaba mas de lo que realmente sabia. El
problema es que la media era bastante penosa entonces cualquier pibito que
hubiera leído un libro y tres cuartos (como yo) y citara en el momento exacto
la frase de turno, era visto como un cuasi iluminado profeta. La academia se había
convertido en una especie de supermercado donde poder obtener tu titulo, con
ciertos aires de cientificidad y modernismo. Una caca. La vida disipada e
idiotizante hacia lo suyo con nuestros ratos libres. El trabajo grupal había
sido prácticamente delegado en mis hombros, no me molestaba, salvo por el
detalle coyuntural de aquel par de tetas, redondas, jugosas, expectantes.
Fantaseaba:
1- con quien seria el maldito bastardo que estaba haciendo cosas con ellas
2- con ser el maldito
bastardo de turno
3- con una rusa, bien hecha,
a lo poringa
Por
momentos me perseguía pensando en que ella se daba cuenta de que le miraba cada
medio segundo sus tetas, buscaba un atisbo de reprobación en su mirada, en su
tono de voz, pero nada, era como si nadie se diera cuenta que mi mente oscilaba
entre chupárselas o mordérselas. Creo
que al resto del grupo, las dos gordas maestras y el ex jugador de Miramar
misiones medio facherun de gorra, les chupaba un huevo que quedara bizco una de
esas tardes, con tal de que llevara el puto trabajo hacia las costas de un 9
salvador. Eran unos mediocres.
Fabián el player
una vez me dijo: “yo no caso una, creo que me voy a encargar de la carátula, jua jua” yo lo mire con cara de
no te hagas el dolobu banana y mete un bocado porke se kema todo, pero como estaba
medio cuadrado debido a su pasado futboler le conteste: “que bueno, la carátula también es re
importante, porke no haces medio como un colagge?”
Las gordas
se pasaban toda la tarde comiendo galletitas esas de cereales, tomando mates
lavados y hablando mal de toda existencia que tuviera sistema nervioso central.
Pasaron 3 tardes y el trabajo no avanzaba de algo así como “ en el presente
trabajo keremos plantear zzzzzzzzzzzzzzzz”.
Lucia. Lo
que ella pudiera aportar o no me importaba poco. Para mi, bastaba con su
presencia, con una remera ajustada o un escote musculosita, con que se desperezara
en el sillón color verde aceituna, con que alargara el brazo inclinándose
recibiendo un mate salvador.
Me hago la
paja y me tiro a dormir. Pienso que la sabana ya debe de estar dura en algunas
partes de tanto recibir semen. Esta vez elegí acabarle en la cara y n o en las
tetas. Era un día soleado y estábamos en la playa, atrás de unas dunas. Su cara
era una mezcla de arena seca y semen liquido viscoso. A lo último, en la última
gota, pasa su lengua por su labio superior y sonríe. Sus ojos claros pestañean
por un momento. Quizás por la acidez del material. Quizás por algún grano de
arena. No lo se. Lo que se es que fue una buena paja previa a una merecida
siesta.
Lucia.
En fin,
entregamos el trabajo, con carátula de mierda y bibliografía mal echa inclusive.
Metimos un 9 porque creo que el profe compartía mis impresiones acerca de los
senos de Lucia y esperaba prenderle cartucho en algún balneario de turno, donde
ella no fuera alumna y el no fuera profe, aunque ella fuera alumna y el fuera
profe. Yo que se. Lucia no entrego esa vez, ni ninguna otra y creo que se puso
de novia con un mamadera del centro de estudiantes. A veces me ve en el patio y
me saluda. Yo hago lo mismo y miro el piso para no marcar bobera. Alguna que
otra paja igual, le sigo dedicando, de vez en cuando.
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