viernes, 26 de noviembre de 2010

Pasteur sala 105


El viejo me pide que le de una mano para sentarse por onceava vez. Me da un poco de asco pero lo hago acudiendo a mis aires de madre de calcuta. Viene la enfermera negra con cara de pocos amigos y doce horas, le encaja unos ladridos, le toketea el suero y lo manda a la cucha. El viejo tose una bola de moco verde que se le cuela por la comisura de los labios y escupe la porkeria en el mismo violin donde hace minutos se echo un meo. Se keda mirando para arriba, yo me maldigo pòr la suerte de no haber ligado una enfermera mas fuerte o al menos mas joven pero fea pero algo que no sea los brasileros de la spica del viejo de la 6 que se keja como si le estuvieran quemando los ojos con acido cloridrico. Me da cosa buchonearlo con el enfermero trolo, para que baje un poco el candombe de la spica, pero son las cuatro y tengo que dormir en mi cama de dos sillas y con el olor a meo y vao de las porkerias concentradas de todo un dia en el pasteur. Intento inventar un sistema con las sillas para que alguna parte de mi cuerpo descanse, al final opto por que esta sea la nuca, es imposible disponer la sillas para dormir, quizas un matematico. Cada media hora se prende la luz por algo, o porke alguno se cagó chirlo y llora porke hace horas que se cago y la mierda al pasar los minutos quema. y nadie le da bola y el sabe que no va a venir el enfermero trolo que esta abajo tomandose un cafe o mateando o algo. De noche la sala queda a mi merced y me arrimo a la parte de enfermeria para preguntarle algo a alguien que no esta y de pronto me encuentro con todos esos litros de suero fisiologico y gasas, y lo primero que atino es a buscar el eter, eter, eter, eter, pero se ve que no son boludos y no lo dejan a mano.
algun viejo balbucea algo como que lo maten y los camilleros sonrien y murmuran que ellos no tienen acceso a esa medicación. Son unos guachos cara de pija que te llevan en la camilla como si fueras en un autochocador del parke rodo. Bueno al fin logro dormir, jesus y sus 130 kilos de humanidad tambien luego de que las enfermeras no sin cara de asco mediante le hagan una buena lavada de pelotas y orto. Boludeando le digo a una que sigo yo en la lista y creo que no se lo toma muy bien pues ni me mira.
fin

miércoles, 4 de agosto de 2010

MARAVILLOSOS ERRORES


puede ser un click y tu foto
esto mismo puede ser
dejar que esa caries avanzara
levantarse
levantarme hoy ayer y el otro día también
que tu banda preciada suene como la mierda justo esa noche
que invitaste a la piba bonita para alardear
mear la tapa riendo
hacerse el coso estando solo
creer en algo
creer en alguien
ese pedo en ese lugar con esas personas
cogerte a tus amigos y a sus y a los amigos de los amigos de los otros
coger todo lo que se anteponga a tu paso
despreciar la comida en la casa de la vieja con bigotes
ese penal cuando era chico por reflejo
tu cerquillo cómo los otros
encontrarse de vez en cuando y salir corriendo

miércoles, 7 de julio de 2010

PORSUERTEEXISTENBANDASCOMOJAIMESINTIERRA


"La niebla es la panza de un fantasma gigante que se hechó a dormir boca abajo"

Daniele Richarlson

Tragó el último sorbo de tinto que recorrió su garganta reseca de porro. Era un martes cómo cualquier martes. Tanteo lo que quedaba de vino en la caja, moviéndola con un suave torcer de su muñeca, midiendo el vinito que restaba dentro. Dos o tres tragos largos craneó. Calculó la hora. Le quedaban un par de bondis por pasar, sobre todo el 468, la charla se había apagado hacía ya largo rato producto de un chiste cuasimalo y alguna sonrisita falsa por compromiso. Un pensamiento demasiado complejo empezaba a sobre volar la rueda de personas, y decidió abandonarla con un leve gesto de chau nos vemos. Chapó la bici baqueteada dándose cuenta lo imbécil que había sido el pensamiento sobre los ómnibus, pensamiento drogo, y arrancó por la subida de Tristán esquivando parias que interceptaban su borracho trayecto en pos de algo. A esa hora era difícil que le quedara un cobre. Pensó en pasar por el carrito antes de terminar su noche. El carrito era su nueva obsesión, más precisamente la flaca nueva que atendía de ojos miel y media plancha. Juan siempre le compraba una hamburguesa de 35 y le pedía que le pusiera mayonesa, mostaza y kechu, pero hasta ahora no había podido intercalar un comentario ingenioso, descontando alguna miradita rastrera con sonrisa incluida. Se sentía un idiota siempre que reía sin tener un motivo lo suficientemente real como para hacerlo. Pensó en preguntarle alguna noche, cómo se llamaba y a que hora salía de trabajar. Todo un valiente mental. Pero esa no era la noche. Le quedaban 15 pesos y no llegaba a los 35 del manjar, el carrito no vendía caramelos ni nada de 15 pesos. Sonrió imaginando la situación, -Flaca dame 15 caramelos, no, en realidad no quiero caramelos, te quiero a vos, sacate el gorrito ese de mierda y vámonos a tomar vino a otro lugar que no huela a frituras.-

Después se la imagino tendida en la cama de su cuarto ya sin ropa pero con el gorrito del uniforme chupandole la pija. Esto hizo que su mente reviera la posibilidad de pasar por el carro.

Un frío recorrió su cuello haciendolo percatarse de que no tenía bufanda y sus pies aún estaban mojados pidiendo frazada. El asiento de la bici se acoplo a su culo y arrancó pedaleando por 18, agradecido por las 10 cuadras sin subida y mirando de reojo y desde lejos al carrito.

lunes, 24 de mayo de 2010

Señor Evaristo grite cuanto quiera pero afuera le estan pegando a lo pibe


Caía una suave lluvia de Domingo de mierda, gris triste y resacoso, ya sabes, lo de siempre. Con una leve diferencia, ese domingo tocaba Gatillazo, la banda del afamado cantautor gallego Evaristo Perez, famoso él por sus incisivas y ácidas letras en contra de la sociedad y todos sus derivados. Si señores el cantante de La Polla, en vivo y en directo, acá a solo unos metros de tu nariz!. Hacia unos día ya que había decidido no concurrir a la festichola, fué un segundo de lucidez "400 pesos ni a palosssss", y es que el sábado tocaba yo con unos amiguetes y preferi desbundarme la plata en las cosas que a mi me gustan hacer por las noches. Seguro que me merecía ir mucho más que algún pendejito boludo careta que pago la entrada, porke yo realmente la curti y me delire noches enteras jalando gasoil en mi cuarto poniendo una y otra vez carne pa la picadora una y otra vez, y alguna lágrima corrió, y pensé que ese tipo era un ser de extraordinaria lucidez que me hablaba a mi y a mi generación, pero los goles no se merecen papá se hacen. Aparte siempre existía la posibilidad de colarse, una manera mucho más punki de concurrir a tamaña celebración de punki roc, sobre todo si era el Teatro de verano, pero, noticia de ultimo momento, el toke se corria a un bolichete de punta gorda por el temor a la lluvia, dicho establecimiento era un bumker de máxima seguridad impenetrable, de seguro iba a correr sangre, la cosa empezaba a oler encantadoramente mal.
Es así que eran como las 8 y yo me debatía entre tirarme hasta punta gorda o no, ya unos amigos habían claudicado, cuando me manda unos mensajes viloria diciendome que la puerta ardía cual Kosovo, que la gente quería entrar y empezaban a caer los ratis, que lloviznaban botellas, que fuera, que no me perdiera la movida. Corrí hasta la parada, chape el 60 y enfile a toda velocidad, de seguro se armaba bardo, cuando pasa esto, se abren segundos de posibilidades mágicas para colarse, si uno esta lo sificientemente lucido como para encarar la situación (yo estaba de resaca por ende no había ni una gota de alcohol en mi cuerpo), de ultima si no pintaba entrar, me tomaba un par de vinos y me volvía pancho para casa.
Viloria me manda un mensaje que se había corrido de la puerta, que no pasara por ahi porke se estaban llevando gente, que nos encontrabamos a unas cuadras. El 60 me dejo en la eskina, pase por ahi para ver que onda, el pescado ya estaba vendido, los nenes bien que habían pagado la entrada estaban adentro disfrutando de las sabias palabras que escupía su ídolo, y los destroy que querían usar la fuerza para verlo estaban o en naca o corriendo todavia a unas cuadras de allí, lo único que quedaba era algún borracho vociferando desde el piso y muchos policías en sus respectivos moviles.
Empezaba a caer una lluvia de verdad, soreta, cuando me encuentro con Viloria y tres individuos más, amigos casuales producto del acontecimiento, parias haciendo correr un vino, pibes en fin. Viloria me relata la película mientras uno de los susodichos se desayuna historias increíbles acerca de su vida, de lo crack que era en acción, o sea, un pesado en potencia, un banana sin igual. Uno de ellos, el más calladito es el que atrae mi atención, siempre me gustó la gente que practica el arte del silencio, fumabase él su tabaco con aire pensativo y oriental. La idea era esperar a los amigotes que habían entrado al chow, relojear si ocurría alguna otra cosita, escabiar hasta que ya no quedaran metálicos. A lo lejos suena el acorde de alguna canción podrida. Cerca la voz del pesado que no para de contar historias de superheroes y afines. Lejos mi cama deseosa de devorarme. ¿Soy un tonto o lo eres tú? Tutututtururu.

(Entrada sin terminar porke es vieja y la tenía en borrador) (Me aburrí también).

martes, 4 de mayo de 2010

Repartiendo volantes


Flaca y pelirroja cómo la muerte

pasa y derrama su perfume en mi nariz

o nariz o nariz donde me llevarás hoy?

atiendo a la especie y tuerzo mi cuello la vez 130000

camina atándose el pelo, se ata el pelo caminando

casi tropiezo con un coquito pues sigo mirándola

sin llegar a Rivera pues sigo mirándola

doy la vuelta corro y le toco el hombro

flaca y pelirroja como la muerte tiene unos 15

se da la vuelta y me mira como me miraría la muerte

no atina a nada, yo tampoco, atrás queda Rivera

desato su pelo de un tirón y la beso, nos mira una vieja con su bolsa de mandados

y hace una mueca como de asco

flaca pega un grito la vieja se para y me golpea con su bolsa

pasa un patrullero que para y comienza con preguntas

la muerte llora y su perfume se derrama ahora en el piso de la calle

vieja dice que soy pastabasero y que también la quise toquetear a ella

intento entrar en razones con los oficiales que me miran fijo

me revisan de pies a cabeza, llega un auto con el padre de la pelirroja

Policía viejas y padres lo peor de lo peor pienso estoy en problemas

la culpa fue del coquito pienso...


martes, 20 de abril de 2010

La página vacía


Ella te puede salvar la vida, pero después te comerá.

" Se acerca al micrófono tibiamente, relojeando el acorde de la otra guitarra, sus labios tocan el frío metal, siente el coskilleo de la patada eléctrica, se enoja con el estribillo y grita, sólo grita"


Ellos ponen en el facebook causas y consignas de niños hambrientos, perros perdidos, políticos a los que no hay que seguirles la movida, terremotos y cadenas. Yo las leo, después elijo una letra al azar, entro a algunos de sus albumes de fotos (por lo general elijo vacaciones, verano o fiestas con caras viciosas) y me masturbo en el cyber que tiene cabina cerrada y el pibe con remera de maiden nunca está vigilando.


"La púa se le consume y piensa en tocar más despacio, o más fuerte, o hacer un arpegio, o tirarse al piso, después ,cuando se da cuenta que piensa, la canción termina por la mitad del estribillo, el batero lo mira y sonríe, el también lo hace pero no por obligación sino porque da cómo para sonreír"

El otro día veo esa cara conocida en el afiche de la candidata, y la reconozco, y me kedo cómo 1 minuto enfrente del afiche, pensando en la hermana que me apreté y ella que era más chica y siempre sonreía y yo sabía que iba a llegar a algo con eso de la militancia, cómo abrazarse a la candidata. Pero la hermana no, porque no creía tanto en nada y era media atorranta, demasiado, por eso estuvo con un sucio cómo yo.

"Pide un descanso, sale, se fuma un pucho, piensa en otra canción, piensa que debe ser dura la vida del metalero, pero que asuvez siempre tienen las mejores novias, y siempre tienen novia metalera con terrible culo, culo de metal, de asiento de moto y birra. Y está cansado de escuchar de lo fiel que le son a su género, y que mancomunados están con su movida, y es qué no tienen otra con la música de mierda que hacen, entonces se quema, apaga el pucho y sube, con una idea nueva para el estribillo"

lunes, 22 de marzo de 2010

Charcos


la lluvia hace un charco
el charco refleja la luz
la luz que son peces
que se unen y se desunen
el auto pisa el charco
los peces mueren bajo la rueda
la lluvia sigue cayendo
vuelve a llenar el charco
vuelven los pececitos a vivir
pues el auto no mata la luz
que les da la vida.
yo espero que se acabe tu pucho
mirando los peces de luz
en el agua del charco

jueves, 4 de marzo de 2010

Sandra


-Yo no tengo que rendirte cuentas desgraciado- me dijo Paola con vos de hija de puta. Revoleó el culo divino ese que tantas veces había acariciado y se fué, como siempre. Me quede ahí, sentado cómo un banana en la placita de asfalto que está enfrente de sociales, con menos de un cuarto de vino en la caja, sólo, craneando con el último residuo del porro en mi cerebro y humor, desencajado, mirando cómo se alejaba ese culo de calza roja, lejos, perdiéndose quizás en algún bondi podrido que se tomaría en 18.
Me di cuenta que odiaba esa plaza, que ni siquiera podía llamarse plaza pues no tenía ni una misera plantita, que el banco era sumamente incomodo, que los autos me atomizaban pues venían de todos lados, que odiaba las consignas de mierda que siempre grafiteaban o pintaban seguramente estudiantes del centro de sociales o de alguna organización con fines altruistas y de cambio social. ¿De que me servía el cambio social y los peludos si ahora me quedaba sin Paola?. -"Yo no tengo cuentas que ñiñiñi". Yo no le pedía cuentas, yo sólo quería saber quien era el peludo ese compañero de ella de teatro. Porque yo no le había pedido ir a esa fiesta de intelectuales bohemios re locos, con esa banda de mierda que no hacia nada ni siquiera ruido, ni siquiera sonic youth, eso si era ruido, y esos bananas de bellas artes, siempre con la misma mirada de cansancio cósmico. Y claro nadie se miraba y todos se querían tocar, lo más seguro que más tarde se tocarían o algo, pero yo ya no iba a estar porque el peludo me atomizo hablándome de Nietzsche y porquerías, el quería saber quien era yo, yo no quería saber quien era él o que hacía de sus patéticos minutos, con su sarcasmo de "te gano la mina gil pendejo borracho". Y si, tenía razón, yo me había puesto borracho de más con ese litro de grapa que me mandé casi yo sólo, pero ella estuvo hablando 40 minutos reloj con el peludo y sonriendo, mientras yo me deslizaba por la pared plagada de afiches del EZLN mapuches y demás, y le miraba el culo a Sandra que justo esa noche estaba tan linda. Pero Sandra me odiaba, porque ella hacia bellas artes y estaba cómo en cuarto, y le vivía diciendo a Paola que me dejara, que yo era un pendejo borracho, y hablaba maravillas del peludo maravilla, el actor y pseudomúsico de jazz experimental. Sandra estaba devuelta y venía en un tanque dispuesta a arrasar con cualquiera que se le pusiera adelante, se pretendía genial y creativa ( a mi los muñecos deformes que hacía con cartón y no se qué no me parecían la gran cosa) odiaba a mis amigos, en especial a Martin, hablaba pestes de Martín, la verdad era qué habían cogido sin forro y Martín no quizo encarar a comprar las pastillas ni verla nunca más, 80 pesos. La mina en una noche se había obsesionado con el enfermo de Martín, se había cogido al pelotudo de Martín y en menos de un día ya lo estaba odiando. -A un borracho no le podés pedir mucho y menos si tiene 22- le dije. Era obvio que tendría que haber omitido expedirme sobre la cuestión, ya que Martín era mi amigo, ( ella dice que yo se lo presenté cuando en realidad el estaba tomando vino conmigo en la plaza y ella calló con Paola, después se chuponearon cómo a las dos horas se fueron y puff¡ nunca entendí la presentación, pero bue) y se había borrado. La ecuación era sumamente desfavorable, marche a la bolsa con el imbécil de mi amigo, pero de alguna forma, prefiero eso a la mentira de la sonrisa falsa de Sandra. En realidad nunca nos habíamos bancado mucho, el desprecio era mutuo, yo podía oler de donde venía y hacia donde iba esa hipi conchetita, ella sabía lo que opinaba yo de las artes y sus gentes, y yo, lo que ella de los pendejos borrachos.
Eran las once y media de la noche, de seguro Martin estaba frente a la pantalla de su tele y tenía 30 pesos. Vacié la caja y lo llamé.

lunes, 22 de febrero de 2010

Arriba del arbol


Las abejas se comen mis ojos dorados de cal. Sangro cómo nunca nadie me habló. Hago puré de abejas masticando sus pequeñas alas que van a parar a la mar de mis intestinos. Ellos, ven televisión y reciben complacidos y extasiados el puré de alas de abeja. Uno de mis intestinos vomita producto del envenenamiento al que lo somete el otro de mis intestinos asesino. Ahora tengo un intestino muerto dentro mío y un otro intestino asesino. Intento cagar el intestino muerto tomando ayaguasca con mi amigo boliviano que trabaja en la plaza de los bomberos con sus discos de música horrible autóctona moderna. Igual somos amigos, a pesar de nuestras diferencias musicales y el sabe que a mi no me gusta mucho su movida.
Corremos por Gaboto hacia abajo en pleno viaje psicodelico, al parecer huyendo de la policía o de unos planchas, da igual. Paro por un momento intentando vomitar contra un árbol. En la copa se encuentra un hada desnuda, espera agazapada hasta que el boliviano se aleja corriendo de los planchaspolicias como 2 cuadras, y me chista desde arriba la muy zorra.
-Chst, hey, gil, si a vos te hablo chabón- (al parecer el hada era argentina)
-O, disculpe que le vomite el arbol, pero es que tengo un intestino muerto envenenado que evacuar de mi cuerpo-
-No importa, ta todo bien, subite y haceme el amor- dice el hada con cara de enferma.
Era hermosa, trato de apresurarme en mi afán de alcanzarla, me subo al puto árbol agarrándome de una rama seca y endeble que se desintegra en mi puño y hace que me caiga golpeando mi cabeza contra el caprichoso asfalto que me mata al instante. Muero, y el hada sonríe al ver mi cabeza muerta en el charco de vomito. Baja del árbol, llama por celular al boliviano (claro cómplice de mi asesinato), se casan por civil, donan mi intestino asesino para que lo estudie el museo oceanografico y el mides, y con la plata se compran un par de metralletas que utilizan para robar un brou pero son tiroteados por la policia. El hada y el boliviano eran menores.
Fin

martes, 19 de enero de 2010

36 haikus


1.

Te mando un beso

dale chau

oro


2.

Cáscara

rompevientos

en la escena, el crimen


3.

Me duele ahí

ahí también

Ta, dejá


4.

Las nubes

El cielo

Los pájarillos

El Bondi

Pum¡


5.

Quise ser yo

me ensañaste vos

me olvide aquél

uh que cagada

uh que te vayas


6.

Estrellas

gime algo

bajo mi cama


7.

Trapos somos

arapos o renacuajos sapos

sabe a verde cielo


8.

Uf¡

cómo cansan

los Haikus


9.

Gracias tecla

por dibujar palabras

en la pantalla

para ella


10.

El viene conmigo sí

No, él no

lo siento flaco


11.

Cloname

Clonazepame

Click Clack el tiempo se disuelve


12.

Tá, guarda eso

sé que eres un duende

pero acá tenemos reglas

lo siento


13.

Nada de eso

Yo pensé que te ibas

tá cortala


14.

Llueve

afuera

Nieva

adentro

adonde mierda voy entonces?


15.

Lugares lejanos

no me esperen

que no voy


16.

El niño

la niña

se quieren tocar

lo hacen a escondidas riendo


17.

Muere la noche

por favor hagan algo

para salvarla


18.

Saxofones

nos mudamos juntos

vos y tus plantas

yo y mis temas sin arpegios


19.

Detrás de la escalera

se ve todo

ese es el problema con las escaleras


20.

Pibe

dejate de junarme la pantalla

seguí jugando al jueguito de esos macacos deformes


21.

Nada nos erotizaba menos

que leerte

Gil¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡


22.

Made in Infierno


23.

Esperáme

que ya voy

me llevo a mí

y doscientos argentinos


24.

En tiempo record

aniquilaba los puntos negros

de tu cara


25.

Mi novia me dejó

creo que la sopa se enfrió

cielo y cosas


26.

Oh, el caos en sus bocas

cuanta taradez

cómo me deprimo cómo


27.

También inventas acordes?

trato echo

toquemos


28.

3 de azúcar

depende la cuchara por supuesto

y de la intensidad del café

y de otras cosas


29.

llegaré

claro que sí

no tengo que pagar


30.

Las aves

mueren hoy

los niños se las comen

Tomás deja eso no agarrés del piso¡


31.

Tu pelo

duro de vacaciones

está bien


32.

Es por allá

si lejos lejos

cuidáte


33.

confesemos

nuestro crimen humano

y larguemonos antes que nos quemen


34.

Burgueses

Hamburguesas

Transylvania

Peñarol


35.

queda poco poco

el viento sigue afuera

azota a alguien


36.

Te quiero mucho

mucho

mucho

pero no sé cuanto es mucho no

ni que significa eso

La floresta


La arena sucia se me pega a la chancleta. Hace media hora que estamos por decidir que vamos a comer. Me miro la chancleta blanca, sucia de arena sucia. Prefiero refuerzos aunque no despreciaría una milanesa en dos panes o uno. La playa me da hambre, los lugares donde no hay nadie me dan hambre, cuando estoy aburrido tengo hambre casi siempre. Me separo de la discusión por los sólidos, me acerco a la montañita de pasto y veo a la pendeja jugando con el perro en la playa. La tira el palito, se agacha, casi tropieza, se limpia la arena de sus manos en su bermuda vaquera. La Floresta. Pelo largo y lacio hacia el costado. Tefi seguro. Sus piernas tostadas de pendeja cheta se entierran en la arena. Mueve lentamente el chupetín rojo frutilla dentro de su boca. Me sorprendo de lo lejos que puedo llegar a ver. El perro se cuelga por un momento con unas gaviotas. A lo lejos la tormenta me hace pensar en volver. La tormenta y este balneario de mierda que es La Floresta. Me imagino que el chupetín ese debe estar lleno de arena. No se tendría que bajar con un chupetín a la playa y menos revolearlo tanto. La idea del chupetín me da vueltas la cabeza, aveces no los entiendo, no me parece una golosina y nada más, una máquina, son una máquina me digo a mi mismo. Miró a lo lejos, la tormenta, la inmensidad del agua, agua por todos lados, intento sentir eso que se siente cuando está uno observando el mar, la inmensidad, la playa, y a lo lejos se prepara una tormenta. No puedo. Intento sentir la soledad. No puedo. Me siento en realidad cómo el perro que va y viene a merced del despedazado palo que le tiran. Me siento como el chupetín rojo que entra y sale de la boca. Odio La floresta.

sábado, 16 de enero de 2010