Estaba mirando esa película mala de terror, y justo antes de que
sacrificaran el niño negro me dieron ganas de mear. Me puse una chancleta sola
y empecé a trotar hacia el baño, no sea cosa que me perdiera la sangre y las
tripas del niño negro. Me lleve puesta la heladera como siempre que no prendo
la luz del comedor. Entre al baño y con la luz apagada de este también, me puse
a mear apurado, casi apuntando. Me dolió adentro del pito por forzarlo. Me dolió
un poco menos que aquella vez que se me pudrió después que cogi en la ocupación
de facultad con la consejera del centro de estudiantes que esa noche estaba
bastante empedo y se me entrego. Me había preguntado -vosh shos marxista puto
trotsko o de la uj e?- Le dije que me gustaban los 4 pe y me la empome en el
salon 14, de parado nomás.
Después de recordar todo esto, me prometí una paja dedicada a la compa,
y arranque corriendo hacia el cuarto, un píe enchancletado, otro pie medio
meado. –Esperen esperen! No maten al niño negro le grite a la tele como un desquiciado!-.
Al entrar al cuarto la vi, recostada en mi cama, fumándose un pucho, la
cucaracha gigante.
-Todavía no lo limpiaron- me dijo tirando el humo de su 51 para arriba y
moviendo las antenas. Media como metro y medio y no era tan desagradable, así,
en tamaño gigante. Trate de no demostrarle temor, como cuando te cruzas con un
ovejero.
-Dale veni, acostate acá al lado que se viene lo mejor- me dijo, señalándome
con una de sus antenas un pedazo de cama libre.
Le hice caso y miramos lo que quedaba de película. Al final el niño
negro zafaba y mataba a los vampiroszombies usando un lanzallamas y tirando una
bomba atómica.
-Que peli de mierda e?- me dijo la cucaracha.
_Si- respondí yo tímidamente.
Después cogimos, con 69 y todo incluido.
kafka se bajaría una mano en honor a tu cuento
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