jueves, 25 de junio de 2009

Flor


El cartel de Coca Cola viejo, Gardel lejos de quejarse por el frío canta, a mí se me congelan las pelotas a pesar de los dos pantalones y el short. Milanesas, flan, cerveza chica, Chajá, té con leche o té con yuyos. El dueño me pregunta si quiero que me cierre la puerta por el frío. Le digo que no, que por mí no. Que le pregunte a Gardel que tiene que cuidarse para así cada día cantar mejor. El dueño debe pensar que soy un idiota o un drogado a las 8 de la mañana. Quizás piense las dos cosas. Me chupa un huevo. Encontrarme cerca de la puerta me permite estar, a su vez, al lado de la ventana y poder ver las revistas del kioskito, ahí esta Messi y su pequeña sonrisa de nada, Tom Hanks tomándose la barbilla emulando el saludo "viejita", un par de tetas de perfil, Laport en Africa mostrándole a Caras algo así cómo el infierno. Infierno africano. En vez de diablitos y fuego, negros desnutridos y Laport. Pienso en la foto de la teta, siempre están de frente, nunca de perfil. Es una señal, algo está pasando.
Hoy hace 74 años de la muerte de Gardel, mi capuchino no quiere venir al encuentro con mi frío de bolas y el sueño de mierda. La fuente es de primera. Un viejo borracho acodado a la barra con sus primeras copas. La fuente es de primera.
-Hoy desayunamos juntos- le digo y sonríe.
-¿Sabés que fué lo último que canto Gardel?-
-No-
-Flor-

1 comentario:

  1. big bad city

    como no sentirse extranjero!! solo faltaron los afiches cambalaches de politicos adeptos a las buenas costumbres y salto con un corazón iluminado gritando ESA ES MI CIUDAD. Lástima que otro saltó antes que yo.

    ResponderEliminar